Inditex va a acelerar su estrategia de optimización de la red comercial, tras el impacto que la pandemia del coronavirus ha tenido en sus cuentas. El grupo dueño de Zara tuvo que cerrar el 88% de sus establecimientos durante las semanas de confinamiento, lo que le ha llevado a presentar pérdidas de 409 millones por primera vez en su historia. Sin embargo, las ventas online (este canal sí ha estado operativo durante la crisis sanitaria) se han incrementado un 50%, y en abril llegaron a hacerlo un 95%.
Como consecuencia, el grupo ha decidido acelerar su estrategia de digitalización y de reorganización de la red comercial, un proceso en el que lleva ya años trabajando. Consiste básicamente en cerrar las tiendas más pequeñas y abrir otras más grandes, más modernas y digitalizadas. En concreto, el grupo prevé clausurar entre 1.000 y 1.200 establecimientos este año y el que viene, de los cuales entre 250 y 300 estarán en España.
También se abrirán otras tiendas de mayor tamaño, aunque será en menor número, 450. Esto no significa que Inditex vaya a perder espacio comercial. Compensando los cierres con las aperturas, la superficie comercial total crecerá un 2.5%, según ha anunciado el gigante textil. El coste de este plan cierres es de 308 millones de euros y se ha incluido en la cuenta de resultados del primer trimestre 2020, que se han presentado hoy.
Inditex cuenta a día de hoy con una red de 7.412 establecimientos. El objetivo es llegar a finales de 2022 con entre 6.700 y 6.900. Las que se van a cerrar son, según ha explicado el grupo, «tiendas al final de su vida útil, sobre todo de los formatos jóvenes» y cuya venta se puede recuperar en tiendas cercanas y ‘online’.
DIGITALIZACIÓN
La estrategia digital de la compañía, que pretende que el 25% de su facturación en 2022 sea ya por el canal online, pasa por extender a todas las marcas el llamado stock integrado, que permite una mayor integración del mismo en tienda y en canal online.
Es decir, que a una persona que haga un pedido por internet, éste se le prepare desde la tienda, y no desde un almacén específico para los pedidos online, como se hacía antes. Así el inventario se gestiona de manera más eficiente. Esto ha permitido precisamente reducir el inventario un 10%, a pesar de que las tiendas estaban cerradas en estos meses.
Esto es posible gracias a la tecnología RFID, que permite rastrear cada una de las prendas que vende el gigante textil desde la fábrica hasta el punto de venta. En la aceleración de este proceso es clave la plataforma tecnológica propia (Inditex Open Platform), que controla un 60% de las operaciones del grupo y será clave para el futuro.
fuente: https://www.elmundo.es/economia/empresas/2020/06/10/5ee0b8c621efa062648b468d.html