Ahora más que nunca es necesario defender unos servicios públicos de calidad y universales que garanticen nuestra salud, nuestra educación y una forma de transporte sostenible. Es imprescindible que las residencias de personas ancianas o dependientes vuelvan a ser públicas. No podemos volver a dejar en manos de la avaricia del capitalismo a nuestros mayores y a las personas más vulnerables.
Hemos de garantizar una vida digna para quienes están en situación de precariedad, ya sea debida a desempleo sobrevenido o porque el que tienen es precario. Exigimos la desaparición de las horas extras y la reducción de la jornada laboral manteniendo el poder adquisitivo. Sabemos que el pleno empleo es una quimera, por eso es necesario una Renta Básica de las iguales que garantice una vida digna a todas las personas sin condiciones. El Gobierno debe tomar las medidas necesarias y de forma urgente para que ninguna persona afectada por un ERTE esté a día de hoy sin cobrar lo que le corresponde.